CASTELLÓ. Las personas estamos repletas de sueños. Anhelamos, la mayor parte de las veces, cosas improbables, utópicas o, como poco, díficiles de alcanzar. Y es que la osadía es una de las condiciones sine qua non de cualquier aspiración. Si soñamos, soñamos en alto, a lo grande. Así lo hacía Mikalojus Konstantinas Čiurlionis, el artista más emblemático de la historia de Lituania, quien deseaba con todas sus fuerzas que su país escapara del control del Imperio Ruso. No solo eso, sino que aspiraba también a inspirar, despertar conciencias y reflejar la lucha de un pueblo oprimido a través de su obra. 'Preludio de libertad' es precisamente esto, un canto a la libertad del estado báltico a través del mar y de 40 imágenes tomadas durante su estancia en el entorno natural del Cáucaso.
La exposición se inaugura, este jueves 19 de junio, en el Museo de Bellas Artes de Castelló. Lo hace, por un lado, dentro del marco de Imaginaria 2025 y, por otro, del Camino Čiurlionis en España, una iniciativa llevada a cabo por el Consulado de la República de Lituania en Valencia para presentar la obra del artista con exposiciones, conciertos, conferencias y colaboraciones. No solo eso, sino que también es un modo de homenajear el 150 aniversario del nacimiento del fotógrafo, músico y pintor.
"Čiurlionis nació en Lituania en 1875 y vivió apenas 35 años. Durante ese breve tiempo dejó una obra que sigue siendo fuente de inspiración por su audacia, su espiritualidad y su modernidad. Tanto es así que, a día de hoy, es todavía el artista más importante que haya visto nunca el país. En Lituania es una figura nacional. Su nombre está en escuelas, calles, billetes y museos. Ha sido y es la fuente de inspiración de numerosas generaciones de artistas y sigue marcando profundamente la cultura lituana moderna", explica Vilma Dobilaitè, comisaria de la muestra, a Castellón Plaza sobre qué significa la figura de Čiurlionis en su país natal.
Una de las 40 imágenes expuestas en el Museo de Bellas Artes
Castelló se convertirá, este 19 de junio, en la segunda ciudad española que acoge 'Preludio de libertad'. Tan solo Valencia, dentro del festival ValenciaPhoto, había acogido antes la muestra dentro del panorama nacional. Tras la capital de la Plana, la exposición viajará a Santa Cruz de Tenerife para que el público canario sea también conocedor de la obra del artista lituano.
Un viaje al Cáucaso y retratos del mar como espejo del alma
Las 40 fotografías que forman parte de la muestra que acoge el Museo de Bellas Artes nacen a partir del viaje que Čiurlionis realizó a Anapa, una ciudad a orillas del mar Negro en la región del Cáucaso. "La obra de Čiurlionis se presenta como un preludio a la libertad, tanto en su contenido como en su forma. Sus fotografías no son meros retratos de amigos y paisajes, sino un conjunto que revela la visión artística y filosófica del autor. En ellas, la libertad y el mar se erigen como poderosas metáforas de su anhelo por una Lituania libre, un deseo que impregnó toda su creación artística", expone Dobilaitè.
En la exposición apenas pueden contemplarse retratos o escenas urbanas, sino que son los horizontes, el agua, la niebla u otra clase estructuras mínimas lo que el lituano se dedicaba a capturar. "Lo que hay es un diálogo con el paisaje como espejo interior. Estas estructuras evocan la libertad de ver el mundo y algunas, como el mar, no hacen la función de paisaje sino de estado del alma", cuenta la comisaria acerca de qué es lo que quiere transmitir Čiurlionis en 'Preludio de libertad'.
Todas las imágenes expuestas en el Museo de Bellas Artes están en blanco y negro o sepia. En ellas podrá verse, por ejemplo, la fotografía de una costa envuelta en niebla donde apenas se distingue el horizonte o un pequeño bote en medio del mar que parece simbolizar al propio artista. "Cada imagen es un poema visual, con muy pocos elementos, pero con mucha carga emocional. Lo que más destacaría de su obra es la capacidad de decir tanto con tan poco y, sin duda, la profunda conexión entre imagen y libertad", avanza Dobilaitè.
El viaje a Anapa marcó un antes y un después en la vida de un Čiurlionis que, a partir de ese momento, decidió centrar su obra en la causa nacional, pues hasta entonces había sido un creador multifacético centrado en la música y las artes visuales. "El contacto con el entorno natural del Cáucaso, las playas, las montañas y el horizonte infinito del mar, junto con la introspección que le permitió la estancia lejos de casa, sembraron en él una profunda reflexión sobre la libertad, no solo individual, sino también de su patria, Lituania", informa la comisaria. Reflexión que, a partir de este 19 de junio, puede contemplarse en el Museo de Bells Artes hasta el próximo 5 de octubre.
