VALÈNCIA. La Dana que inundó decenas de municipios de la provincia de Valencia a finales del pasado mes de octubre dejó en vilo a millones de personas: la incertidumbre sobre la situación que se estaba viviendo en los lugares afectados se sumó a la gran expectación nacional e incluso internacional en torno a cuáles habían sido las causas y, sobre todo, las consecuencias de esta catástrofe. De esta manera, la ciudadanía quedó pegada a sus teléfonos móviles, televisores, periódicos y radios para informarse sobre todos los avances de la tragedia.
En medio de este proceso, diferentes bulos empañaron el ecosistema mediático y desinformaron a una ciudadanía que cada vez más utiliza las redes sociales para informarse. A ello, se sumaron otras lógicas que envuelven actualmente los medios de comunicación y que repercuten de manera directa en la capadidad que tienen las audiencias para discernir entre bulos e informaciones. En definitiva, la Dana se ha convertido en un buen ejemplo a partir del que explicar cómo funciona la desinformación, cómo se crean y propagan los bulos y cuáles son las formas de operar de los medios de comunicación convencionales.
Ello llevó a los investigadores de la Univeristat de València Dafne Calvo, Lorena Cano-Orón y Germán Llorca-Abad a replantear una obra de divulgación académica en la que llevaban trabajando desde antes de la catástrofe. De esta manera, utilizaron la riada como "un hilo conductor" para "evidenciar cómo todos estos desórdenes informativos habían ocurrido en un único acontecimiento", así como para incorporar las vivencias personales de todos ellos en torno a este episodio. Con ello nació 'Bulos y barro' (Catarata, 2025), una obra que salió a la venta hace apenas una semana y que aborda las problemáticas comunicativas ya mencionadas con un tono cercano y comprensible.
Para conocer más detalles sobre esta publicación y analizar el panorama mediático en torno a la Dana, Plaza conversa con dos de sus autoras: Dafne Calvo y Lorena Cano-Orón. Ambas explican que el libro fue inicialmente pensado como una obra en la que explicar la desinformación "desde una perspectiva más amplia": "La adaptamos a la Dana porque era un ejemplo que la gente tiene muy cercano. Todo el mundo ha tenido una vivencia con la Dana y le ha llegado algún bulo", señalan. Por otro lado, las autoras defienden la inclusión de testimonios como "un ejercicio de honestidad intelectual": "Todo el mundo interpreta la realidad desde su bagaje; En nuestro caso, evidentemente, era muy complicado desprender nuestra experiencia de todo lo que estaba sucediendo comunicativamente", reconocen.

- -
- Foto: VP
Lo cierto es que al tratarse de un libro que salió a la venta hace apenas una semana, las autoras todavía no pueden hacer balance de la acogida que está teniendo, aunque sí reconocen que "ha habido mucho interés". Además, destacan que el catedrático de Opinión Pública y Comunicación Víctor Sampedro ha leído un ejemplar y ha trasladado una valoración positiva al considerar que pone "negro sobre blanco algunas cuestiones que habían sucedido durante la Dana y que conectan con el ecosistema de medios actual". "Si empezamos por esa referencia, podemos estar bastante contentas", valoran.
Fallecidos en Bonaire como claro ejemplo de bulo
Los investigadores abordan en esta publicación algunos ejemplos de bulos durante la Dana, entre ellos se encuentra el de la existencia de personas fallecidas en el aparcamiento subterráneo del Centro Comercial Bonaire de Aldaia. Lo cierto es que la riada golpeó con fuerza este espacio, que acabó completamente cubierto de agua. Con el paso de las horas, la tensión en redes sociales fue escalando y un buen número de perfiles propagaron bulos que aseguraban que este parking era un "cementerio" por el elevado número de víctimas mortales en su interior. Lejos de ello, los efectivos de emergencias no encontraron ninguna persona fallecida tras revisar palmo a palmo este espacio.

- Efectivos de la UME junto al parking inundado del Centro Comercial Bonaire, a 3 de noviembre de 2024. -
- Foto: JORGE GIL/EP
Preguntadas por cuáles son los motivos que llevaran a que este bulo calase de una forma tan elevada en la sociedad, Calvo apunta a la facilidad de "generar un posicionamiento anti-establishment" y al hecho de que este tipo de mensajes "generan mucho miedo e indignación. Por su parte, Cano-Orón subraya: "Si medras en la confianza del pueblo, en la versión oficial y en la versión mediática, de repente tienes a una sociedad que entonces ¿a quién va a creer? A los que se supone que tienen una fuente cercana, que son los que transmiten la verdad". En esta línea, remarca que muchos de estos bulos se propagaban bajo argumentos como "lo que no te van a contar los medios". "Es un discurso muy poderoso, que lo que hace realmente es quitarle a la gente las fuentes de autoridad y por lo tanto sentir esa sensación de que están pasando muchas cosas y no se están enterando".
Cómo combatir los bulos y la desinformación
Sobre cómo combatir los diferentes bulos y desinformación que se propaga en situaciones comunicativas como la de la Dana, Cano-Orón reconoce que todo depende de las "expectativas" que tengamos en torno a ello. En este sentido, reivindica el papel de los fact-checkers y apuesta por que los medios de comunicación sean "más transparentes" con el proceso que han realizado para obtener una información, "evidencien" las fuentes y el trabajo personal que se ha llevado a cabo hasta poder llegar a la conclusión que se plasma en cada una de las informaciones e insiste: "Tal y como están estructurados e hoy en día con tal y como están estructurados los medios de comunicación digitales eso es más que posible, pero hay que tener ganas de que sea así y se puedan ofrecer respuestas directas". "Trabajar tanto con la actualidad informativa hace que exista una sobreinformación, pero a la vez una desconexión porque la audiencia no es capaz de seguir el hilo".
Por tanto, aboga por "acercar la información a la ciudadanía desde una perspectiva mucho más transparente y reivindicando el trabajo profesional". Por su parte, Calvo insiste en que "no hay soluciones únicas" a un problema tan "complejo" como este. No obstante, considera que los medios de comunicación deben generar "lazos de fidelidad" con la audiencia y cree que los usuarios deben "comprender que informarse es parte de un acto político que sirve de instrumento para habitar en la sociedad: "Tenemos que entender la importancia que tiene la manera en que nos informamos".
Importancia del periodismo local
Por otro lado, las autoras identifican que durante las primeras horas de la tragedia se evidenció una diferencia entre los medios de comunicación nacionales y los de ámbito local: los primeros empezaron a darle relevancia a la catástrofe pasadas las horas más trágicas, lo que evidencia su "centralización" en la capital del país. "Hay que reivindicar medios que sean mucho más locales, provinciales, que de alguna forma reflejen como importante aquello que para esa ciudadanía lo es", resalta Cano-Orón. En cualquier caso, matiza que al día siguiente de la Dana hubo un "cambio de mentalidad" y las principales cabeceras nacionales abordaron la riada dándole un espacio relevante.
Si bien explica que algunos medios optaron por la "espectacularización" en sus publicaciones, también resalta que muchos otros fueron ejemplo de "buenas coberturas". En este sentido, señala que el libro pretende "dejar claro" y de manera "evidente" que, si bien "hay muchas cosas malas", existen "buenos profesionales" e "información de calidad" aunque "a veces cuesta de encontrar".
Impacto de las redes sociales
Por otro lado, la publicación también analiza el impacto de las redes sociales en la difusión y propagación de los bulos. Para Cano-Orón, las redes "condicionan absolutamente" la cobertura de una emergencia como la Dana debido a que son capaces de ofrecer testimonios de una forma más rápida de los medios de comunicación, que deben pararse a contrastar y verificar las informaciones: "Es mucho más rápido lanzar un 'tuit' o grabarte un 'story'", ejemplifica. "Las redes entorpecen un conocimiento un poco más sosegado y certero, y por eso son también gasolina para la difusión de bulos", considera.

- Una persona mira en su móvil el vídeo de una joven en la red musical TikTok. -
- Foto: RICARDO RUBIO/EP
A ello, Calvo suma la aceleración y sobreabundancia informativa, así como la necesidad de los medios de recurrir a las redes sociales como puerta de entrada de usuarios. En este sentido, apunta a que los medios operan "en un sistema en el que han perdido mucha centralidad", por lo que deben recurrir a ciertas lógicas para conseguir la atención del público: "Ahí hay una lucha entre lo que el periodista debería hacer y lo que puede hacer". Más allá de los efectos perniciosos de estas tecnologías, Calvo reconoce que las redes sociales tienen "muchas cosas buenas" como es la inmediatez o incluso la capacidad de organizar el voluntariado durante los días posteriores a la riada.
Reivindican una "comunicación institucional real"
Preguntadas por aquellas cuestiones de la situación comunicativa de la Dana que deben revisarse con más celeridad, Cano-Orón insiste en una "apuesta por una comunicación institucional real". En este sentido, lamenta la ausencia de "un interlocutor" como ocurrió durante la pandemia de covid-19, cuando el epidemiólogo Fernando Simón se erigió como la figura dedicada a explicar la situación y las cifras de la crisis sanitaria. "Había alguien que te representaba esa oficialidad poniendo el cuerpo y que tenía espacio mediático para emitir esa versión oficial. Eso no se ha dado con la Dana", considera.
Por ello, cree que las instituciones tienen que "aprender de este fenómeno" y ser "conscientes de que hay que saber reaccionar a nivel comunicativo y emitir una comunicación de casos de crisis y emergencias, que no se ha dado y ha impedido mucho la labor de los periodistas". Mientras que Calvo aboga por "plantarse ante los discursos que no son periodísticos y que están ganando relevancia con la esfera pública". "Lo que pasa es que en momentos de urgencia no se piensa, se actúa, y ese repertorio de acciones que se llevan a cabo parten de unas rutinas ya marcadas", explica. Por ello cree que "reforzar" estas rutinas periodísticas permitirá actuar con "naturalidad" de una mejor manera ante una posible emergencia.