Opinión

Opinión

LA OPINIÓN PUBLICADA

Trump y la OTAN no contaban con José Luis Ábalos

Publicado: 21/06/2025 ·06:00
Actualizado: 21/06/2025 · 06:00
  • Pedro Sánchez.
Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

Estaba todo listo. Tres años de guerra en Ucrania habían incrementado la sensación de desprotección europea frente a la amenaza de Rusia. Sobre todo, tras el retorno al poder en Estados Unidos de Donald Trump. Pero hace ya décadas que Europa no es una prioridad estratégica para EEUU, pues el enemigo verdaderamente amenazante no es Rusia, sino China. Así que ya desde los años de Obama pudo percibirse sensiblemente el desinterés del poder estadounidense por los asuntos europeos. 

En paralelo, también fue creciendo, sobre todo entre los republicanos, la especie de que los europeos eran unos caraduras privilegiados que no pagaban por su seguridad porque para eso ya estaba Estados Unidos. Es una de esas quejas sorprendentes que de vez en cuando llegan desde la metrópoli a las colonias (para ubicarnos mejor, a los valencianos nos viene a la mente cada vez que un madrileño se queja de que el chiringuito de playa está muy caro y que a dónde vamos a parar, que menos mal que vienen aquí a veranear, que si no, nos moriríamos de hambre), y que siempre consisten en que, dado que la metrópoli nos civiliza porque nos envía sus producciones audiovisuales y hamburguesas (o el equivalente de la metrópoli que se trate) y tiene el territorio colonial plagadito de bases militares, ya estamos tardando en compensar tanto sacrificio de alguna manera, ¿no?

Así estaban las cosas, con Trump presionando para que los países europeos contribuyan "a su propia defensa" con al menos el 5% del PIB, que viene a ser casi el cuádruple de lo que gasta actualmente España. Y los países europeos, como buenas colonias que son, aceptando sin rechistar, que vienen los rusos, y que todo es poco para garantizar nuestra seguridad. Como si un incremento de más del 3% del PIB de un país fuera algo que un gobierno pudiera sacarse de la manga como si tal cosa, y no una cantidad que daría al traste con lo que queda del Estado del Bienestar. Menos pensiones y más fusiles, es el lema oficioso (y menos cobertura sanitaria, menos infraestructuras, etc.). No es una cuestión menor; es una cuestión capital.

  • Donald Trump. 

Cabría preguntarse, además, dejando de lado soflamas guerrero-propagandísticas, para qué necesita España incrementar tanto su gasto en defensa. Uno invierte en defensa, asumiendo que no es para atacar a los vecinos, para defenderse mejor de ellos. De los vecinos, no de Rusia, que por mucho que intenten meternos miedo los propagandistas del nuevo terror rojo que viene del Este no es nada verosímil que acabe por atravesar los Pirineos o desembarque en la Malvarrosa tras conquistar el resto del continente europeo. Y si por vecinos entendemos Marruecos y Argelia, los vecinos del sur, sinceramente no parece que sea necesario, dado que actualmente el gasto de España, aunque porcentualmente sea pequeño (1,28% del PIB), ya supera el de Argelia y casi duplica a Marruecos. Además, si es Estados Unidos, gran aliado de Marruecos, el que tiene que defendernos de nuestro vecino, lo tenemos crudo, por mucho PIB que gastemos.

Pese a estas evidencias, parecía que íbamos a comernos el incremento del presupuesto de Defensa hasta el 5% del PIB para complacer a nuestros gloriosos amos estadounidenses. Pero entonces algo ocurrió. Una conjunción planetaria. Una comunión de intereses excepcional: la trama Koldo-Ábalos-Cerdán estalló y dejó al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, al borde del desastre. Porque esta trama es tan cercana al presidente y a su partido, tan aparentemente sistemática, y tan obscena, con tanto material grueso, que resulta imposible ponerse de perfil. De hecho, Sánchez lo está intentando (ponerse de perfil), sin ningún éxito hasta la fecha: los socios están cada vez más nerviosos, en su partido reaparece, por primera vez en años, la oposición interna y el PP se frota las manos ante una llegada a La Moncloa que se percibe como totalmente inevitable.

Algo tenía que hacer Pedro Sánchez, y lo ha hecho: como ya hiciera Zapatero al principio de su mandato e incluso cuando aún era líder de la oposición, Sánchez ha decidido profundizar en su estrategia de ser el más antiamericano de los dirigentes de la Unión Europea. Ya lo intentaba con sus declaraciones y con sus críticas a Israel, pero aun así Trump no le hacía demasiado caso. Pero ahora ya hablamos de rechazar una orden directa del emperador. Hablamos de muchos contratos de Defensa, que todos sabemos que se llevarán, en gran parte, empresas estadounidenses, que la solidaridad con la metrópoli se demuestra pagando más y más. Y ahora Trump, por fin, ya se ha fijado en el molesto presidente español. 

  • José Luis Ábalos, en la puerta de su casa tras el registro. -

Cada declaración proveniente de Estados Unidos que afea la conducta de Sánchez es oro puro para Sánchez. Pocas cosas más populares en España (y no sólo entre la izquierda española, pero sobre todo allí) que oponerse a un presidente de Estados Unidos, sobre todo uno tan contumazmente desagradable como Trump. Y si a ello unimos que Sánchez se sube a un carro (por las razones equivocadas, o las de siempre, es decir, sus necesidades electorales, pero el caso es que se ha subido a él) con el que objetivamente sólo puede estar de acuerdo la inmensa mayoría de la población, pues mejor aún.

Y todo esto, este compromiso pacifista, esta resistencia a ultranza frente al mal que proviene de EEUU, se ha conseguido merced a los manejos y los discos duros de José Luis Ábalos y sus socios. Para que luego digan que hacía tiempo que había perdido la confianza del presidente del Gobierno. Poco falta para que Trump aparezca en rueda de prensa insultando a Ábalos, ese maldito español corrupto por cuya causa no podemos colocar nuestros contratos en España.

Recibe toda la actualidad
Castellón Plaza

Recibe toda la actualidad de Castellón Plaza en tu correo

OSZAR »