CASTELLÓ. El estreno de Borrull sigue sin tener fecha oficial a pesar de los anuncios realizados por la Generalitat Valenciana y del interés del Ayuntamiento de Castelló por ofrecer servicio. Aunque el 'president', Carlos Mazón, aseguró en una visita al inmueble a finales de diciembre de 2024 que la apertura se produciría antes de Semana Santa, lo cierto es que habrá que esperar al menos hasta el verano (acaba el 21 de septiembre) para que el edificio empiece a prestar servicio a los ciudadanos.
Según confiesa el portavoz del gobierno municipal, Vicent Sales, un nuevo revés dilata la hoja de ruta marcada por las administraciones. Se trata del suministro eléctrico. La compañía Iberdrola todavía no ha garantizado el alta ni la conexión, por lo que se está a la espera de que se resuelva el problema. Un contratiempo que no es nuevo cuando se realiza una obra pública o se activa algún servicio. Entre los muchos precedentes está la prolongación de la calle Carcagente hasta la ronda Oeste, que tardó en abrirse al tráfico por el retraso a la hora de desviar una línea de media tensión.
Adjudicar antes otros contratos de servicios y suministros
La nueva previsión que se marca el gobierno municipal con Borrull apunta a julio o agosto, aunque dependerá de más factores al margen de acreditar la disponibilidad de la luz. Por ejemplo, de la concesión de los distintos contratos relacionados con el mantenimiento y la seguridad que el consistorio debe asumir en virtud del protocolo de intenciones con el Consell sobre el uso de la edificación y que la Junta de Gobierno Local aceptó el pasado jueves. En este sentido, y a modo de ejemplo, Sales señala que el servicio de vigilancia se demorará mes y medio en resolverse entre aprobar el expediente, licitarlo y posteriormente validar la propuesta de adjudicación.
- El patio interior garantiza luminosidad a todas las plantas del edificio. -
- Foto: ANTONIO PRADAS
De acuerdo con el convenio, el consistorio asumirá la cita seguridad del bloque completo (zonas A y B), las pólizas de responsabilidad civil, continente y contenido en su totalidad y los gastos de mantenimiento y suministro. Tomando como referencia el desembolso anual de un edificio similar, se estiman unos costes de 177.508,13 euros (IVA incluido) entre la energía (45.000 euros), la limpieza (95.000 euros), los ascensores (1.192,02 euros) y el sistema de alarmas (595,11 euros). Otro pago a cargo del municipio será el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI).
El protocolo de intenciones confirma lo que Mazón avanzó en su visita a la capital de la Plana. El Ayuntamiento dispondrá de 1.755,07 metros cuadrados, que se repartirán entre la planta baja (420,49 m2), el primer nivel (485,78 metros cuadrados), el segundo (484,61 m2) y el tercer piso (252,37 metros cuadrados). Además, compartirá con las Consellerias otros 593,43 m2 en la sexta planta.
Una reestructuración de espacios en Quatre Cantons
Para completar los espacios asignados, la entidad local trasladará los servicios sociales del distrito centro y de Quatre Cantons, así como atención al público y las concejalías de Igualdad, Familia y Empleo. Del mismo modo, abrirá la nueva Oficina de la Discapacidad.
La reubicación de algunos departamentos de Quatre Cantons propiciará una reestructuración del propio inmueble, que además afectará a la Casa Consistorial de la plaza Mayor. Ante la congestión que existe en el registro municipal, que comparte dependencias con comercio, este se mudará al edificio de las 'Cuatro Esquinas', donde se reorganizará contratación y patrimonio (segunda planta) e infraestructuras y urbanismo (tercera).